viernes, 30 de julio de 2010

A modo de presentación.

   Señores, es muy difícil hoy en día iniciar un blog sobre gastronomía; y digo a conciencia que es muy difícil, pues en esta etapa del siglo XXI, al parecer, la comida está de moda. No se habla sino de comer y beber. Los programas más vistos, son aquellos donde prestigiosos chefs, idolatrados cual estrellas de cine, se regodean hablando del noble acto de lastrar, mientras preparan exquisiteces o le dan al diente sin parar. No hay quien en la Argentina, no sepa quién es Narda Lepes, Francis Mallmann o Donato de Santis, ni en México persona desconocedora de la trayectoria de Enrique Olvera o Alfonso Cadena por citar algunos pocos ejemplos y solamente dos países de habla hispana.

   El fenómeno es, como se verá entonces, significativo y el auge de los programas gastronómicos está lejos de ser casual. En sí, no está mal que la audiencia disfrute de tanto alarde de "savoir-vivre", y más si como en mi caso, les gusta cocinar y coleccionar recetas de cocina de todas partes del mundo...pero resulta extraño tanto regodeo en torno al sencillo acto de comer y tan cuidada explicación científica acerca de algo que debiera ser un puro disfrute; un arte si se quiere, pero nunca una técnica.

   He iniciado este blog porque a pesar de existir varios canales dedicados las 24 horas del día a regurgitar comida, no se habla seriamente de gastronomía. Todo lo que se hace es utilizar el tema como vía de adoctrinamiento político-cultural. El televidente oye repetir hasta el hartazgo palabras y conceptos que no se sostienen un minuto si se analizan concienzudamente, y luego, a su vez los repite él , creyendose el más sofisticado de los "bon-vivants" del mundo, el más original de los seres del planeta. Y es así adoctrinado por la sutil campaña gastropolítica orquestada desde los mismos centros de poder que manejan la economía, la cultura, la educación, los gobiernos y todo lo demás, se transforma en un ser ...¿Cómo diríamos? ¿Políticamente correcto o "gastropolíticamente correcto"? Ustedes eligen...Y si les parece una exageración todo ésto los invito a que me sigan en las próximas entradas que pienso realizar en los meses siguientes y luego me dan su parecer.

   Dicho ésto, cabe una aclaración: tengo el mayor de los respetos por los profesionales de la gastronomía nacional e internacional que, como en su momento Doña Petrona, nos deleitan con sus magníficas creaciones o la reproducción fidedigna de platos representativos de países o regiones.Quizá, cuando muchos de ellos incurren por momentos, en las ridiculeces que voy a mencionar en mis diferentes artículos, es porque el canal los obliga a salirse de su línea habitual o a hablar de un modo impropio de sus estilos personales, utilizando vocabulario extraño a sus labios (¡¡¡Se nota!!!) Vayan mi caluroso reconocimiento a Christophe Krywonis, Narda Lepes, Donato de Santis, Choly de Berreteaga, Takehiro Ohno, Francis Mallmann (aunque a veces se nos pone un tanto extravagante, el hombre), María Laura D'Aloisio, Mirta Caravajal,,Máximo López May ,Silvia Barredo, Mauricio Asta, Juan Manuel Herrera y Osvaldo Gross entre otros...Y mis críticas a quienes las merezcan, que se sabrán reconocer si necesidad de nombrarlos (aunque a veces, vamos a ser un poco crueles y a dar algún que otro nombre).

   Pero no todas van a ser críticas y reproches...Va a haber también numerosas recetas para compartir con todos ustedes, y elogios a quienes los merezcan. Pese a todo, gente, confío en que podamos divertirnos juntos hablando de gastronomía, y si es posíble, cocinando. Si hay algún "snob" dando vueltas, le aclaro que este sítio no es para él o ella. La elegancia es muy apreciada en este blog, pero confundirla con la sofisticación propia de un nuevo rico que quiere demostrar que sabe mucho de vinos y de menúes de moda es casi, casi , un pecado capital. Tanto como considerar a un mismo nivel al Palacio de Versalles y a un restaurante de Las Cañitas...

   Ahí nos vemos...Y espero no haber herido susceptibilidades.

   Vanesa.