martes, 12 de julio de 2011

"El Gourmet" o "pequeño manual de la cocina concheta"



   Bueno...Vuelvo a mi eterna cantilena, pero ahora con más hastío que nunca.
   La señal "El Gourmet" incurrió otra vez en pecado de lesa tilinguería y esta vez, el conchetismo llevado a su máxima expresión abarca a casi todos los programas del canal. Siempre he dicho no ser enemiga de la elegancia clásica, y así como puedo deleitarme con un buen choripán, también me siento a gusto en una mesa muy bien puesta, preferentemente a la francesa...pero lo del "Gourmet" no es fina elegancia, sino afectación, pedantería de nuevo rico, exotismo sin sentido, individualismo llevado a la enésima potencia. Si antes podía sacar algo en limpio de esa señal gracias a excelentes programas como "Chez Cristophe", "Chefs Unplugged" o los especiales de Narda Lepes, de Donato de Santis y   Takehiro Ohno, ya no enciendo el televisor en ese canal y si lo hago, me aburro soberanemente , sin poder aprovechar nada de lo que sus profesionales supuestamente aportan a los amantes de la buena mesa.

   No agrego nada a mi bagaje cultural, ni tan siquiera a mis conocimientos culinarios sentandome a ver "El Gourmet"; solamente me entero de todos los ingredientes caros existentes en el mercado y cómo utilizarlos todos juntos en un mismo plato para que éste, aunque no sea rico, cueste un millón de dólares y me haga sentir importante ante mis invitados a la hora de servirlo...pero," attenti"...¡No se vaya a cometer el error de presentar ese plato en otro ámbito que no sea un loft de cualquiera de los barrios de moda de Buenos Aires so pena de quemarse hasta las verijas! Uno debe ser coherente, che, y si se ve el Gourmet, no es cuestión de tener los valores y la estética de los grasulines, qué embromar.

   Para los responsables de programación del "Gourmet" existen algunas premisas destinadas a no ser jamás perdidas de   vista: la antígua cocina familiar es un quemo, el orden y la armonía son sinónimo de caretismo extremo, se debe afectar amar apasionadamente a las minorías étnicas , los ingredientes para confeccionar los platos no deberán ser nunca ni comunes, ni baratos y se debe pasar sin rubor del epicurismo insultante de un Francis Mallmann al fanatismo orgánico de Pedro Lambertini. No; decididamente, esa señal no es para mí, ni para muchos antíguos televidentes , seducidos por la simpatía arrolladora de un Donato de Santis, la impecable factura de los platos de Christophe Krywonis  o la exuberancia de Narda Lepes. Ignoro si los responsables de POP producciones saben que quienes disfrutaban antes con la programación del "Gourmet", están dejando de ser fieles a la señal, para pasarse en masa a "Utilísima".  Probablemente, la respuesta de los directivos en cuestión sea la de alzarse de hombros y decir : " Bueno, ya se sabe...¡Utilísima es grasa! ¡Que la miren los grasas!". Ante ésto, no me queda sino responder: "Jamás he sido grasa, pero si la concepción de la comida del canal competidor es considerada como tal, déjenme entrar a engrosar ya mismo las filas de la mersada...Me quedo mil veces con las delicias de las chicas de "Rico y Abundante", que con la pálida y aburrida muestra de alimentos de "U.N.O; Natural y Orgánico" o las complicadas confecciones de Juliana López May en "La Huerta en Casa"...


   Evidentemente, y ya he señalado ésto, "El Gourmet" apunta a un público muy diferente del de "Utilísima". No dedica sus programas al amante de la cocina familiar o a quien quiere perpetuar, resumida en un plato, la historia de su país .Concibe su propuesta gastronómica para modernosos, hedonistas y globalizadores de izquierda y derecha, generalmente preocupados en sobresalir preparando una exquisitez para sus sofisticados amigos. No importa lo apetitoso que un plato sea, sino lo extraño, lo poco común, lo difícil de las técnicas empleadas a la hora de confeccionarlo. Los chefs del canal no dejan nunca de hablar de "contrastes", de raras reacciones químicas, de elementos imprescindibles en un plato, ya que "en todos debe haber algo crocante"  y de echar mano de complicada terminología culinaria de origen inglés, que es como hablar de folklore bávaro recurriendo a la lengua china. Huyen de la simpleza, aunque la proclamen a voz en cuello, como un sucio inveterado de un buen baño caliente.

   La programación de este año, lejos de tomar distancia de lo antedicho, se reafirma en ello con la tenacidad de un obsesivo bajo tratamiento psicológico. Echemos un vistazo a lo que nos muestra actualmente "El Gourmet".

   No salgo de mi asombro cuando asisto a los propósitos militantes de "U.N.O- Natural y Orgánico". Cuando me refiero a "militancia" hablo de la sistemática destrucción de la pastelería tradicional llevada a cabo por el chef Pedro Lambertini, para quien las palabras "harina blanca" y "azúcar blanca" son sacrilegio. Según este señor, con marcado acento bienudo, todo lo que hemos venido comiendo hasta la fecha es terriblemente nocivo para la salud. Incluso confesó ingenuamente sus propósitos en el primer programa del ciclo: "...Yo estoy acá para que ustedes, poco a poco, dejen de ir consumiendo azúcar blanca"...¡Tomá tu torta! (y nunca mejor dicho que en este caso). Tanto es el odio profesado por Lambertini al azúcar nuestro de cada día, que recomienda no tomarla JAMAS durante las mañanas, porque "el azúcar se sube a la cabeza y da sensación de borrachera"...Ahora bien, todos sabemos la importancia del azúcar, precisamente por las mañanas, por ser un alimento de gran poder energético para nuestro cuerpo. Nadie ignora tampoco, la lucha en contra de esta inigualable fuente de energía emprendida por ciertos médicos ligados al establishment y por los nutricionistas en general de un tiempo a esta parte. Parece demostrado el empeño de toda esta gente para debilitar a la población , empobreciendo su alimentación general. Las grasas, otra fuente de energía , son el otro blanco de las criticas, para no hablar de la pobre harina, culpable de no se cuántos delitos contra nuestra salud y a la que se aconseja cambiar por harinas integrales, de soja y demás sucedáneos. El citado Lambertini , se dedica a destrozar sin pestañear, la pastelería y panadería propia de nuestros ancestros. Su versión de los populares  scones  , por citar apenas un ejemplo de su trabajo, es simplemente indignante. Se trata de unas masas informes de avena, salpicadas de arándanos secos que ni con mucha imaginación podrían denominarse scones. Pero el hecho es destruír; destruír y deformar. La memoria colectiva, so pretexto de defenderse, desaparece para siempre a manos de un chef de rostro antipático, tono de superioridad e incurable chetismo en elocución y maneras.

       Algo similar sucede con Soledad Nardelli y sus "Sabores de mi Tierra". Quien pensó en descubrir en esta nueva emisión recetas olvidadas de las provincias argentinas se va a llevar un chasco.Una vez más se pone el acento en "el producto" y no en el modo de hacer. Por supuesto, aparece la quínoa como ingrediente estrella del norte argentino, aunque no existan en los anales culinarios de esa región, sino una o dos recetas a base de ese cereal o pseudocereal (los botánicos aún no se ponen de acuerdo acerca de su filiación). Los recetarios tradicionales de Bolívia y Perú , generalmente no incluyen ese producto sino en muy raras oportunidades..y no hablemos del norte argentino. Por supuesto, las verdaderas preparaciones culinarias de la Argentina de antaño son sistemáticamente ignoradas por "Sabores de mi Tierra", pues la Nardelli se dedica apenas a utilizar ingredientes de raíz indígena o populares en las provincias, para elaborar sus platos, casi siempre de factura propia, no exquisiteces autóctonas...O sea: de sabores de mi tierra, nada de nada...Para peor, Soledad Nardelli, al igual que Lambertini, es bastante antipática y estirada. Le falta decir "tipo que..." y es un ejemplar completo de "animalus chetus". Por otra parte, se la ve manejar los objetos de trabajo y manipular carnes, verduras y cereales con notable inseguridad, sorprendiendo mucho que al final de cada programa, presente un plato excelentemente terminado, más de una vez diferente al introducido por ella dentro del horno o la cacerola.




Y ahora los viejos conocidos. El primero de ellos, Francis Mallmann, aristocrático en maneras y actitud ante la vida, aunque de   ideario netamente anarco, no ha presentado ningún programa nuevo desde diciembre del año pasado, si bien reedita en cambio su peor producción: "Amigos por la cocina". Este chef, generalmente rescatable (aunque ultimamente su cocina se desmereció mucho con un vuelco a lo "rústico", comfundiendo simpleza con desprolijidad  y menefreguismo) , hizo un rebrote neocheto y se transformó en el peor exponente de su clase. Repito: no rechazo a la gente de clase alta, pero sí a quien le refriega a los demás su superioridad, su sofisticación, su supuesto buen gusto y sobre todo, su tremenda inclinación al hedonismo. Ser de buena família, es para mí, exactamente lo contrario: sencillez matizada de elegancia, refinamiento sin rebusque, gusto por lo verdaderamente simple, no jactarse ante los demás de los países visitados ni de los logros profesionales conseguidos, de vez en cuando, concederse una incursión en gustos  algo sibaríticos...y nada más. Mallmann, secundado  por Pablo Massey, Martín Pittaluga, Guzmán Artagaveytía , Vanina Chimeno, Fernando Trocca, Leonardo Azulay , Maru Botana , Santiago Garat y Lucía Soria, instalado en la estancia La Bamba, se dedica a presumirle al televidente las excelentes relaciones que posee, cómo disfruta de la vida y sobre todo el modo en el que ha transformado al egoísmo en su "modus vivendis". Los primeros planos del rostro ufano y orgulloso de la López May, los ojos de Mallmann perdidos en el firmamento y el aspecto despreocupado de Trocca y Massey, son el perfecto telón de fondo para la afirmación entreoída en algún momento de la emsión: "La finalidad de la vida del hombre es procurarse placer". 

Otro cantar es el de Iwao Komiyama. Al revés de Takehiro Ohno, tradicionalista y japonés hasta la última fibra del pelo, Iwao es la más cabal representación del nipón moderno, metido hasta las clinas en el modelo proyanqui de civilización impuesto en ese país desde 1945...Sumado a una buena dosis de chanterío porteño, pues no debemos olvidar que el hombre no nació en el Imperio del Sol Naciente, sino entre nosotros. Es, com usted, como yo, como mi vecino, un descendiente de inmigrantes. Aprovechando el auge de la cocina japonesa en los últimos años, Iwao Komiyama montó su comedia para el público del "Gourmet". Hay gente que lo respeta mucho creyendo que "ese ponja sabe de todo", pues así se vende él y así aparece...Pero escarbando en sus afirmaciones histórico-gastronómicas, salta a la superficie su impostura. Más de una aserción suya resultó falsa, aunque la audiencia a menudo no lo sepa. Tira fechas y datos con el mayor desparpajo, sabiendo que pocos irán a cotejar su veracidad a libros de historia o culinaria. Sin embargo, su peor defecto como cocinero es utilizar siempre los mismos ingredientes, y todos, sin excepción, caros: salmón, langostinos y caviar son sus favoritos y es muy raro que falten , llevando a sus preparaciones una monotonía aplastante. Por supuesto, el tipo se ataja  diciendo que no es necesario comprar los ingredientes de sus recetas, pues se cocina en base a lo ofrecido en mejores condiciones por el mercado. Entonces se supone que si la receta habla de utilizar langosta, caviar y espárragos, yo puedo usar berenjena, nalga y lechuga  ...Este absurdo , de verificarse, daría como resultado la  desparición de los libros de recetas...Es extremadamente raro tener en la heladera todos los ingrdientes para armar un plato. Siempre será necesario salir a comprar algo. Volviendo a Iwao Komiyama - ya no se llama así mismo "argentino" sino "latino" - éste ha salido casi totalmente de la cocina asiática para incursionar en una sin raíces, donde lo único asiático que ha sbrevivido son los ingredientes. El presentar un plato en forma de arrollado ( ahora se dice "roll"), no es sinónimo de hacer cocina japonesa...Pero si se gusta de los híbridos y de dejar el bolsillo en el supermercado, es imprescindíble mirar "Sushi n'roll". Comida fusión, que le dicen...


Ya solo nos queda decir algunas palabras acerca de "Cuando un Hombre Cocina", nuevo programa de Fernando Trocca, si bien he  hablado en extenso de él en otro de mis artículos. Considero a Trocca un muy buen chef. Trabaja con ingredientes para nada rebuscados, sencillos, incluso clásicos. Cocina demostrando una gran seguridad y su resultado final es en general, inobjetable...pero el que un cocinero como él se preste a perpetrar un bodrio en el cual se afirma la existencia de "una cocina femenina" y otra masculina demuestra los objetivos socioculturales del "Gourmet", quien hace decir a sus chefs las cosas más absurdas imaginables. El mismo Trocca sabe lo insostenible de la filosofía general de su programa y cada tanto, se disculpa veladamente. Suele mencionar a su abuela como a la artífice de su cocina y un día dándose cuenta de que la buena señora era, después de todo, una mujer, balbuceó un débil: "...Es que mi abuela era un poco masculina..Una mujer muy fuerte". Sin palabras...Primero, denigró a su abuela llamándola "machona" y luego, adjudicó la fortaleza de carácter solo a los hombres...Precioso.

 El resto de la programación del "Gourmet" se limita a emisiones exhumadas y archirrepetidas de otros años y al sorprendente programa de Máximo López May, babeándose de gusto en "New York" (¿Por qué corno no pronuncia "Nueva York? Nadie en su sano juicio dice que fue a visitar "Paguí" o "London", sino París y Londres), como si los EEUU hubiesen sido alguna vez, un ejemplo de gastronomía y comiendo en las calles a la manera de un mendigo que acaba de recibir una limosna y va   corriendo a tratar de saciar su hambre  .

En una palabra: el "Gourmet" está en las diez de última. Se muere sin remedio ante la indiferencia de sus antíguos fans, ahora casi todos seguidores de "Utilísima". No recomiendo este canal a menos que usted quiere ver "Francia y sus quesos" o "La Ruta del Whyskie; Escocie e Irlanda", ambas muy repetidas pero excelentes. Si les gusta cocinar, no van a encontrar recetas a reproducir; si lo que desean es divertirse aprendiendo nuevos datos sobre el arte culinario, se verán frustrados. Como lo habrán comprobado ya leyendo otras notas mías aquí, el canal de Sandler tiene muchos defectos, pero cumple su cometido y tiene una programación medianamente digna.

Réquiem para el "Gourmet". Es una pena...Esta historia podría haber tenido un final feliz.

Vanesa.