miércoles, 22 de diciembre de 2010

Nochebuena Imperialista.






Todavía no salgo de mi asombro y supongo que tardaré en salir. Ya debería estar acostumbrada pero a lo tonto, a lo necio, a lo imbécil, una nunca se amolda.




No terminaba de felicitarme por la programación navideña de “Utilísima” cuando mi entusiasmo primigenio se vino olímpicamente al suelo. Ya les comenté en la entrada anterior parte de mi desencanto, pero ahora voy a abundar en detalles ¡Y cómo! Por supuesto, tampoco escatimaré críticas a su supuesta competidora, la señal de cable “El Gourmet”. En el fondo y aunque parezcan apuntar a públicos diferentes, son como se dice hablando mal y pronto, la misma bosta con distinto olor. En ambos canales se hace gala de un posmodernismo nauseabundo, de un snobismo casi risíble y sobre todo de un anti-argentinismo muy marcado. A esta altura, no me hago ilusiones de ver un pesebre en aunque más no sea un programa de contenido navideño…Está el arbolito y gracias. En cuanto a Cristo, venido al mundo a morir por nosotros, ha sido desplazado por Papá Noel, pero no el verdadero, San Nicolás de Bari, digno Obispo defensor de su fe, quien se apiadó de la suerte de una joven cuya dote era demasiado exígua para casarse y él se la completó lanzando un buen saco de monedas de oro por su chimenea , sino el personajillo ese popularizado en los años 30’ por la Coca-Cola, un gordo pícarón que trocó su vestimenta sacramental por una especie de atuendo gauchesco rojo y blanco. Si algo me queda claro es eso: nada de mensajes cristianos en la televisión…Ni siquiera para Navidad. Si queremos consejos útiles de conducta para la fecha, para eso lo tenemos a Bernardito Stamateas, el sacerdote laico de la nueva religión sin Dios, quien al modo de un curita simplón, nos dará su propio sermón recomendándonos verdades de Perogrullo en cada entrega de “Navidad Utilísima”. Y en “El Gourmet”, Francis Mallmann y sus muy bienudos amigos nos recordarán que podemos tener una linda fiesta entre camaradas sin recordar a Jesús en lo más mínimo. El niño santo , recorriendo el camino que lo llevará del pesebre de Belén al dolor y a la Cruz donde redimirá a los hombres, no les interesa a éstos para nada. La dulce imagen de la sagrada familia es reemplazada en la pantalla , por la autosatisfacción ufana de Pablo Massey, Juliana López May , Maru Botana ,Leonardo Azulay, Santiago Garat , Martín Pittaluga , Vanina Chimeno y Guzmán Artagaveytía hablando sin cesar del placer y la autogratificación, mientras se tiran en el pasto a tomar vino y pronunciar frases supuestamente profundas.



Pero como lo dije antes, a esto ya me lo veía venir. Cristo ha sido desterrado de los medios de comunicación. Creen que el cristianismo desaparecerá si lo quitan de la televisión, las escuelas, los libros y las revistas. Yo hablaba de otro tema, si se quiere, más mundano. Se trata, por medio de la programación navideña de matar  a nuestra cultura nacional; bah, la cosa es mucho más compleja. En todos los países del mundo, la idea es la misma: aniquilar, por medio de la promoción del “pensamiento único”, las nacionalidades . Alterar las celebraciones y tradiciones propias de cada país, es una de las jugadas de quienes albergan tan negros propósitos . Afectando alentar la tradición, la destruyen desvirtuándola y la comida es un blanco clave para esta gente por razones lógicas. Existen platos que se consumen ligados a tal o cual fecha en el almanaque y suprimirlos o alterarlos es importantísimo para quienes buscan el “mundo uno”, cargado de borregos obedientes, sin más intereses que trabajar, juntar plata, copular, ascender en la empresa y luego morir para cremarse y esparcir sus cenizas al viento.



Veamos entonces. ¿Qué consume el argentino medio en sus fiestas de fin de año? Vittel Thoné, matambre relleno, lechón frío a la parrilla, tomates rellenos, huevos duros también rellenos, ensaladas de varios tipos, fruta seca, turrones, garrapiñadas, pan dulce, helado, ensalada de frutas y amplio beberaje, que seguro incluirá vinos pero también, clavado, sidra, champagne (no digo espumante, señores…cuestión de princípios), clericó y en algunaos hogares más audaces , cócteles. Esto desata la ira de muchos “bienpensantes” porque para ellos denota nuestro innegable origen europeo. ¿Quién , en la Argentina no tiene un abuelo español, italiano, alemán, yugoslavo, etc, etc? No comemos Vittel Thoné para hacernos los interesantes, sino porque nuestros nonos  se daban panzadas con él, y si le damos duro y parejo al turrón es porque a nuestra “Yaya” también le gustaba. ¿Es un pecado eso? Entonces nos vienen con el cuento de que este es un país americano y por lo tanto “tropical” –pese a no tener sino una pequeñísima franja subtropical en el Noreste – y debemos comer entremeses “para el calor”. No deberían ofuscarse tanto quienes así piensan, ya que fuera de los turrones, el pan dulce y la fruta seca, en la mesa argentina no se consumen los manjares europeos de Navidad. Por allá, son más afectos a los guisotes sustanciosos, al tournedos en su salsa, a platos de muy alto contenido calórico en tanto aquí, el cerdo a la parrilla frío tiene su lugar de honor en las mesas, junto al ya queridísimo matambre relleno, plato criollazo si los hay. El Vittel Thoné es europeo, pero no se suele consumir por allá para las fiestas navideñas. Si acá se adoptó para Navidad y Año Nuevo es justamente por tratarse de una preparación fresca, para nada pesada, muy adecuada al clima decembrino en nuestras latitudes.

 

Por el contrario…¿Qué nos proponen los chefs mimados del momento, protestando airadamente porque insistimos en festejar según se lo hace en el hemisferio norte? ¡¡¡Platos del hemisferio norte!!! Claro, otro norte, no Europa que ya está “out” y es un quemo. Estados Unidos. El paraíso por el que suspiran liberales clásicos y gramscianos zurdos por igual. La patria de Woody Allen, la fantasía de Broadway, los niños que no quieren crecer, el hedonismo , el edén de los sin Dios. Entonces los vemos preparar, babeándose de placer el famoso pavo relleno, las archirreiteradas cupcakes (No se rompan mucho la cabeza..son los famosos pirotines con decoración Rococó, nomás) y los bastoncitos de caramelo a rayas típicos de los EEUU. Esto sí está permitido, lo europeo , no. Fue una experiencia sorprendente escuchar al maestro Gross (generalmente, un capo, pero su admiración por los yanquis lo pierde) matizar su exposición acerca de los aburridísimos cupcakes con un inglés tan, pero tan impostado, que ante el hecho , no sabemos si reír o llorar. Así, le oímos recomendar usar “peanut butter”, “cream cheese” y “powder sugar”, explicando después a la audiencia el significado de todos estos términos en español…   y quizá olvidando que sus seguidores hablan precisamente   español en su vida diaria. Al pasar a engalanar los pirotines  , habló de “topping” y “frozen”, en lugar de “decoración”.Y para rubricar, comentó que los cupcakes más renombrados eran los “red velvet cakes” , aunque los que él hacía en ese momento eran “old fashioned”. Después se refirió a una película norteamericana donde todos los protagonistas mataban su angustia comiendo cupcakes y en sus momentos felices, los regalaban en vistosos envoltorios.Levante la mano quien no haya oído este parlamento   sin tirarse al piso de risa.¡Sonó tan espantosamente rastrero de parte de un gran pastelero como Osvaldo Gross!




Pero no es, ni con mucho, el único caso digno de citarse: hubo bastones de caramelos navideños a la buena usanza yanqui en unos cuantos programas gastronómicos de ambos canales, así como “ginger cookies” (galletitas de jengibre…miren qué fácil se decía. Una cocinera de estas de moda se trabucó de tal forma al nombrarlas, que las llamó “Gingerbread cookies”, lo cual viene a ser algo así como “Pan de jengibre de galletita”) con forma de hombrecitos, muy populares en la patria del “Tío Sam”, pues   se cuelgan en el árbol y hasta un pavo, que con ser delicioso no es una comida tradicional navideña en la Argentina. Se intentaron innovaciones “razonables” (una mesa de ceviches; buena alternativa para agregar a las ensaladas, si bien en Perú no se trata de un plato de celebración) y otras decididamente descabelladas como las comilonas improvisadas de Mallmann y compañía, que nosotros podríamos, por ejemplo, reproducir en nuestros modestos patios y jardines o en el reducido espacio de nuestros balcones. Siguieron revelándose como más prácticos y queridos para las almas sensíbles - y los estómagos hambrientos- los platos de siempre, que con ser de siempre son los más caros a nuestros sentimientos, los que más nos ligan a nuestros recuerdos de infancia.



 
Luego está la manía indigenista: toda ocasión será buena para recordarnos que no debemos preparar delicias impropias de América Latina , echando mano de frutas “ajenas a este lugar del mundo”, debiendo optar en cambio por papayas - ¡Y dale! – maracuyás, ananás,mangos, etc, etc, etc…  sin ponerse a pensar en que muchas de éstas crecen en un territorio muy acotado en nuestro país, Chile, Uruguay y otras áreas no tropicales del continente  . Allí, paradójicamente, es más fácil tener duraznos, ciruelas, peras, manzanas, frutillas , frambuesas, melones, sandías, grosellas y uvas que las anteriormente citadas. Por ende, el consejo no es práctico. Tampoco lo es el indicar el uso de bebidas como ron en lugar de coñac, pues el coñac es "europeo" (esto último se dice como un estigma), ya que ambas tienen una carga alcohólica similar y el sabor de un buen ron añejado, como el de Finca Santa Teresa, se asemeja mucho al de un coñac cualquiera . Por otra parte, lo de siempre: ¿Por qué esa estupidez de insistir en los ingredientes y no en las preparaciones típicas? Se nos habla permanentemente de honrar a América Latina a la hora de cocinar, pero pocos platos típicos de éste lugar del mundo son difundidos por "Utilisima" o "El Gourmet"…¡Y mucho menos los navideños! Quizá porque vendríamos a descubrir que comemos todos muy parecido en las navidades, sobre todo los habitantes   del Cono Sur, donde el panettone, los turrones, los pollos asados, el cerdo y la ensalada rusa, dominan. Pero también para guardarse de hacernos conocer exquisiteces navideñas como la torta marquesote de toda América central, el ponche boliviano, los romeritos de México…ninguno de ellos precisamente liviano para el estómago. Recordemos que por ejemplo que en buena parte México no hace calor en Diciembre, pues está ubicado en el hemisferio norte, donde es invierno. En El salvador, sin ir más lejos, no pueden faltar las uvas y las manzanas en esta fiesta tan especial (nada de papaya y maracuyá) como tampoco un típico un arroz con mariscos de claras reminiscencias hispánicas .




Para resumir e ir redondeando, creo que “Utilísima “ y “El Gourmet” (quien sale siempre del atolladero de la Navidad recurriendo a programas antiquísimos de su archivo, pues no filman uno nuevo de esa temática ni por equivocación) viven en un mundo de fantasía, sin correlato alguno con la realidad. Sueñan con influir en el ánimo de sus televidentes animándolos a cambiar, a tirar por la borda los menús heredados de la bisabuela a desechar la ornamentación propia de éstas fiestas “porque estamos en verano , hace calor y ésto no es Europa” y hasta a olvidar el verdadero motivo del festejo central: el nacimiento de Cristo.



Me consuela constatar que nada de esto se verifica a la famosa hora de las papas: en los grandes supermercados y casas de comida, no dan abasto con los cerdos a la parrilla; se agotan los panes dulces y la fruta seca; las abuelas y las tías preparan Vittel Thoné; el abuelo se apura a terminar el matambre relleno para llegar a tiempo y la familia entera arma de a poco el pesebre al pie del arbolito. Allí, al dar las 12 de la noche del día 24 de Diciembre, después del brindis, alguien agregará , entre la imagen de la Vírgen y san José, la del niño, que abriendo sus bracitos como preanunciando el martirio de la Cruz, nos estrechará a todos contra su corazón, aunque nos lo merezcamos poco y nada.



A todos mis seguidores, ¡Feliz Navidad!



Vanesa.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Utilisima se queda en la intención.

(Mirta Carabajal y Silvia Barredo en "Rico y Abundante")
¡Qué lástima! Este artículo iba a ser un elogio hasta hace unos pocos días, cuando mi desencanto me trajo algo más de   sentido común. Me hubiese extralimitado en  loas respecto de la señal de cable del señor Ernesto Sandler y la multinacional Fox. Ojo, cuando alguien merece aplausos no se los amarro pero la televisión de hoy, como casi todos los medios de comunicación, está  manejada por empresarios o sociedades anónimas, con parecidos criterios ideológicos, ya sean de izquierda o de derecha.  …En realidad son matices del pensamiento único que hoy impera en el mundo. Como vemos, en las temas de fondo, no existen discrepancias serias entre los dueños de los diferentes diarios , revistas, canales de televisión, radios y agencias noticiosas. Quieren hacernos creer que las hay, pero salta a la vista que responden a los mismos intereses.




Después de este preludio un poco aburrido, pasemos al tema de hoy: “Utilísima”, la señal de cable dirigida a la familia, heredera de aquella mítica “Buenas Tardes Mucho Gusto”   que todos recordamos con tanto cariño. En “Utilísima” como en “Buenas Tardes”, hay segmentos dedicados a la cocina, al tejido, a la costura, a las manualidades, a la educación de los hijos, a la psicología casera y hasta a la decoración. La parte que más me interesa a mí, desde luego, es la referida a la gastronomía, pero no dejo por eso de sentarme a ver “Bricolage” (aunque tenga dos manos izquierdas), de horrorizarme con las estupideces de “Rosita” o de reírme ante las obviedades teñidas de “ non calentarum largum vivirum” de Bernardo Stamateas.



Cuando dije que la nota había sido pensada como un elogio, se debía a lo siguiente. Durante mucho tiempo estuve comparando la señal “El Gourmet” con ésta y consideré a la primera, la gran perdedora. Aún hoy pienso así. Aunque chillen sus defensores, “El Gourmet” es un canal concebido para snobs, sacando algunos pocos profesionales de probada solvencia y calidez humana .  No está dirigido a quien cocina para sus hijos ,nietos, o para su gran barra de amigos, es decir,  para quien se calza el delantal por amor. No nos retrotrae a imágenes de grandes fuentes de guisos de lentejas, ni a flanes de doce huevos con copetes de dulce de leche, sino a minúsculas porciones de sushi y bocaditos del tamaño de la uña de un dedo meñique con combinaciones tan “audaces” como crema de vainilla aderezada a la pimienta. El ejecutivo de Puerto Madero, la mujer liberada que hace pilates y se llena la trompa de botox o el cineasta progre de turno puede  sintonizar “El Gourmet” sin peligro de convertirse en una Doña Petrona cualquiera (lease con ironía) y preparar esos platos insípidos pero tan monos, para una o dos personas , muy del gusto de los hoteles cinco estrellas de hoy.
 
(Narda Lepes y Choly de Berreteaga en "Navidad Utilísima")

“Utilísima” se presenta como la antítesis de todo eso. Sus chefs no son los niños mimados de esos nuevos  ricos fanáticos de la cocina que hasta ayer no sabían ni preparar un bife a la plancha. Propone platos para cuatro o más personas, con ingredientes que no es necesario ir a buscar a Kenya o las Filipinas y se dirige al hombre y a la mujer común, a quienes gustan de cocinar desde siempre y no porque se haya puesto de moda. Las recetas televisadas, al revés de lo habitual en “El Gourmet”, se pueden reproducir. Cualquier teleespectador deseoso de agasajar a los suyos con una nueva exquisitez, la buscará en “Utilísima” sin sentirse defraudado . También sus cocineros son excelentes, didácticos y sobre todo, prácticos. Siguiendo a Norberto D’Oro, Alícia Gallach y Soledad Kluj ("Súper Express"), se puede planificar el menú del día sin caer en innecesarias sofisticaciones , aunque tampoco en el aburrimiento total de hacer siempre lo mismo; con Mirta Carabajal y Silvia Barredo se le pierde el miedo a la cocina tradicional, aunque esta engorde; con Mauricio Asta y Juan Manuel Herrera, nos abandonamos al placer de la pastelería y panadería clásicas y por fin, con Narda Lepes y su tía Bibi ("Doña Petrona por Narda"), nos animamos a probar exquisiteces     sin destrozar por eso nuestro presupuesto mensual y reaprendiendo recetas antiguas, caídas en el olvido por haberse dejado de practicar; nos acostumbramos a dejar de considerar a la manteca y a las frituras como enemigos y sobre todo, ¡¡¡volvemos a disfrutar de un buen plato de comida sin vivir pensando en los quilos o la salud!! . Considero esta adquisición de “Utilísima” como una de las mejores de sus largos años en el aire. Narda Lepes, con su exuberancia , su "al pan, pan y al vino, vino" y sobre todo su filosofía epicúrea de vida, no cuadraba en medio de esa pléyade de elitistas de “El Gourmet”. Donato de Santis y Takehiro Ohno deberían mudarse a la señal de Sandler también, o pronto allí estarán sobrando. La calidez de estos dos últimos chefs, no va con la frialdad autosuficiente de los otros profesionales de la señal.



        Hasta aquí los aplausos ; ahora el desencanto.



   “Utilísima” está cayendo en la tentación de imitar al “Gourmet”, se quiere sofisticar y es allí donde pierde todo su encanto, aquello que la distingue. El año pasado, tuvo un severo traspié al idear una programación con perfiles supuestamente “latinoamericanos” aunque en realidad se mostraba a colombianos, venezolanos y mexicanos de  pacotilla, medio pasados por agua por Miami, un estereotipo del “latino” (palabra tonta si las hay, pues no define nada) que está todo el día bailando salsa, hablando mitad en inglés y mitad en español y cocinando platos ultramodernosos, sin raíces en ninguna parte. El público dijo claramente “no”, y Sandler, pese a seguir asociado con Fox, decidió volver a sus antiguos conductores argentinos. La audiencia entonces, tornó a gritar: “presente”. Sin embargo, en el 2010, comenzaron las patinadas otra vez…La primera evidencia aparece en el lenguaje de sus conductores para quienes en el colmo del ridículo (no saben ellos lo pretencioso y engrupido que les queda en boca) no existe galletita dulce que no sea una “cookie”, ni   decoración  denominada simplemente así y no “topping” o “frozen”. Silvia Valdemoros llegó a decir, cuando hacía galletas navideñas en “Navidad Utilísima”, que su abuelita llamaba “masitas” a las “cookies”, como si el último nombre fuese lo natural y no al revés. Las dos chicas que trabajan con Mauricio Asta y Juan Manuel Herrera , Estefanía Colombo y Clara Serventi, son el colmo de lo cipayo abundando en terminología yanqui pero hablando un castellano más bien pobrón . Luego está la profusión de recetas con “maracuyá”, “papaya” y “mango” , llegando a aburrir por lo repetitivas, al igual que el consabido chocolate con ralladura de naranja, como si no hubiese otra combinación posíble…Y finalmente la adopción de una ideología modernosa, a la que los directivos del canal (está claro que la cosa no parte de los chefs) han  forzado a someterse a la mayoría de sus cocineros…Se me cae la mandíbula de horror al ver a las chicas de “Rico y Abundante” preparando una seguidilla de platos dietéticos, sin crema, sin grasa y con azúcar bajas calorias. Eso, en una emisión con el nombre antes citado, es un despropósito y una burla al espectador, quien si eligió "Rico y Abundante", no será, me parece, para deleitarse con milanesitas de soja al horno y ensaladas de lechuga sin condimentar.  Ultimamente, el programa merecería llamarse "Soso y exíguo", lo cual es lamentable para un par de profesionales talentosas como Carabajal y Barredo. Ya existen programas para quienes necesitan  una alimentación acorde a   problemas de salud condicionantes de la dieta, como ser la diabetes, la hipertensión,  la fenilcetonuria , la sensibilidad al gluten, el colesterol alto  o  para aquellos deseosos de estar en buenos términos con la balanza. No es necesario obligar a toda una sociedad a prescindir del azúcar, la sal y las grasas tan solo porque algunos indivíduos necesitan privarse de ellas . Lo mismo ocurre en otros órdenes de la vida, pero por ahora, nos vamos a circunscribir a "Utilisima " y su programación.
 
  Otro característica del "aggiornamiento" de la señal, es su adulación a los "niños" (no escribo "chicos" que sería lo que cuadra, porque esas criaturas ñoñas, miedosas de los gérmenes , imperiosas como dictadores e irrespetuosas como políticos recién votados son "niños" y así se los llama en "Utilísima", ni más ni menos). Todo se hace para ellos. Hay Panes Dulces para "niños", menúes para "niños", rellenos para "niños" y tortas para "niños". El dulce de leche, para más de un conductor, sería según parece, del gusto de los "niños" exclusivamente. Por supuesto, ni hablar de darle a los purretes una copita pequeña de sidra para brindar durante las Navidades, como me daban a mí; brindarán con jugo de hibisco y pera, que es más sano ¡Sino pueden salir alcohólicos, imagínese, doña! ¿Comprarles bombones de licor, como hacía el santo de mi abuelo conmigo? ¿Emborracharles ligeramente la sopa inglesa con cognac o ron y almíbar? ¡Sacrilegio ! Denles mejor leche de coco y "cookies" de cereales, que son alimentícias, tienen un montón de nutrientes y refuerzan el sistema inmunológico. ¡Guarda con darles algo solamente rico! Y además de estar los "niños" están las "nenas", fauna a la que separan muy cuidadosamente de la de los "niños" a secas, aunque esta gente es rabiosamente defensora de la "ideología del género". Para las "nenas" hay galletitas, masas, tortas, pirotines y otras yerbas, con glaseados rosados hasta la náusea. Si quieren tener un empacho de rosa  y de modales lelos y pavotes, dense una vuelta por "Rosita", donde se encargan de estupidizar 100% a las pobres chicas, aunque Estefanía Colombo y Clara Serventi también ponen bastante de su parte en este sentido. Y sumemos a ésto que los programas, como los del "Gourmet", se repiten, se repiten y se repiten...
 
             Sin embargo, no escatimo mis elogios a la hora de reconocer que "Utilísima" dedicó un buen segmento de su programación al festejo de las Fiestas de Fin de Año. Creó incluso un especial para aunar en él manualidades, cocina y consejos prácticos, "Navidad Utilísima", donde Narda Lepes y Choly de Berretaga se lucen en la conducción, aunque también preparando exquisiteces. "El Gourmet", progre hasta la manija, apenas se acordó de la Navidad a partir del 6 de diciembre y reflotando programas de hasta hace cuatro años. No tienen ya vergüenza. Desde luego, no pueden disimular cuánto les fastidia a éstos el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, pues no graban un programa navideño NUEVO desde tiempos de Matusalén. El de Narda, ya peina canas. En ésto, "Utilísima" actúa como se debe. Mi único "pero" es que no hace ninguna alusión al nacimiento de Cristo y se queda en Papá Noeles, regalos, menúes y en pedir deseos para el año que entra. No mostró en pantalla, un solo pesebre.Al parecer, otros credos o los ateos podrían "ofenderse", algo muy de moda en estos tiempos donde las minorías hacen la ley y las mayorías deben esconderse. Por otra parte, el problema, como siempre, son los ateos, porque tengo muchos amigos creyentes de otras religiones que como buenas personas maduras que son, no se molestan por mi adscripción al catolicismo, ni yo tampoco me ofendo por sus diferencias conmigo. Los respeto a ellos y ellos a mí. Eso debería entender la gente de "Utilísima" en un país dnde el 88 % del pueblo es católico y el 7%por ciento,protestante, con lo que sumaríamos un buen 95% de cristianos, es decir, de observantes de las fiestas Navideñas.
            Por eso digo que este canal con ser bueno (y hasta MUY bueno), se queda en la intención. Quiere ·refinarse" sin saber si tal cosa le conviene o no y arriesgandose a perder, como ya le sucedió el año anterior, el perfil de público que lo acompaña desde aquella "Utilísima Satelital", o quizá antes aún, desde el programa de aire "Utilísima", cuando se quedó huérfano al desaparecer "Buenas Tardes Mucho Gusto". No debería  cohibirse porque algunos nariz para arriba lo  llamen "grasa ", ni ofuscarse ante las niñas de silueta esquelética que zahieren a Mirta Carabajal y Silvia Barredo como a "dos gordas sin clase y re-antíguas, que preparan comidas re-pesadas cuando esa no es la tendencia" (lo leí tal cual en un blog). Lo de ustedes, responsables de "Utilísima", es la gente sencilla, las amas de casa preocupadas por cocinar algo novedoso y rico a sus seres queridos, las abuelitas que llevarán una torta genial a sus nietos, los amigos deseosos de sorprender a "la barra" con una picada flor y flor... ¿Qué les pueden dar esos estirados de Las Cañitas solo atentos a las modas? En cambio, el hombre y la mujer común, saben agradecer a esa "Utilísima" que con sus recetas rápidas y sencillas, los saca de más de un aprieto cuando deben preparar algo bien sabroso y nada se les ocurre.
 
   "Utilísima" va a seguir teniendo un público seguidor como perro de sulky, mientras se mantenga fiel al espíritu casero, aunque audaz y aguerrido de Doña Petrona C. de Gandulfo, de quien creo, Narda Lepes es la heredera; mientras saque de la galera comidas rápidas y sabrosas a lo Choly de Berreteaga, entanto nos deleite con las dulzuras de Maurício Asta y Juan Manuel Herrera, Si apuesta a otra cosa, pierde..y por supuesto Sandler y Fox, por razones inexplicables para mí y buena parte de la audiencia, pueden elegir perder. Están en todo su derecho. Pero luego no digan   que  no les avisamos...
 
                Vanesa.