Déjenme hacer una reverencia frente a "la Señora".
Muy pocas figuras del universo gastronómico merecen tan desmesurado elogio como Narda Lepes, pero cuando alguien se hace acreedor de él, no se lo vamos a escatimar.
Como habrán constatado, si es que son lectores habituales de estas páginas, muchas son las críticas que he vertido acerca de las dos señales dedicadas al arte culinario en la Argentina, "El Gourmet" y "Utilísima".Sin embargo, si ha llegado la hora de aplaudir a algunos de sus chefs, no me han temblado las manos. Es más, me alegra poder recomendar a un cocinero/a como la gente y me pesa en el alma tener que reconocer en algunos, a unos chantas de toma y daca. Como reza el dicho popular "..con la comida no se juega..." y me cae muy mal la bastardización de un tema tan importante como la gastronomía, algo corriente de un tiempo a esta parte.
Narda Lepes ha venido siendo la excepción , junto con algunos pocos de sus colegas, del fenómeno "cocino para los yuppies de Puerto Madero y todos los Palermos" . Ella cocina por el placer de cocinar, y la exhuberancia es la nota más saliente que caracteriza a esta gran reina de las ollas y las sartenes. Narda huye de los dictados de la moda que mandan presentar la comida en platos cuadrados, ornados de espejos de salsa y servida en porciones microscópicas; tampoco es partidaria de esa paranoia por lo sanito , tan presente en las dos señales de cable donde se ve su rostro casi a diario desde hace ya varios años. Lo de ella son las porciones abundantes, las salsas gustosas, los postres colmados de crema, los sabores intensos. Se ríe de aquellos chefs actuales cultores de la falsa premisa de que las mujeres comen poco, abominan del ajo, la cebolla, el picante y las especias, usan azúcar bajas calorías y gustan por sobre todas las cosas de las inofensivas ensaladitas. Como si se esforzara por desmentir este mito, Narda Lepes llena las sartenes de manteca para freír en ella un sinnumero de carnes, a la usanza antígua, agrega grasa a la masa de las empanadas, vuelca cantidades kilométricas de ajo y cebolla en preparaciones fritas o al horno y no escatima crema de leche , chocolate o crema de avellanas a sus postres. Si debe cocinar, utiliza electrodomésticos sólo en la medida de lo necesario y usa y abusa del fuego de sus hornallas. Como buena cultora de la gastronomía en serio, sabe que eso de la cocina "masculina" y "femenina" es una paparrucha, aunque alguna vez que otra se haya visto obligada a abundar en ese sentido, seguramente por orden de los directivos de las señales donde trabaja.
Y es que Narda Lepes pertenece a una larga saga de amantes de la cocina. Como suele mencinarlo en su programa "Doña Petrona por Narda", toda su família a cocinado siempre, y cuando uno ha visto cocinar desde la cuna, el amor a la buena mesa se instala en nuestras prácticas cotidianas y ya no se pierde nunca . Siendo Narda chica, aún era corriente en las casas argentinas, tener abuelas que se calzaban el delantal y hacían salir delícias de sus manos. No cocinaban para mujeres, varones, niños o ancianos. Cocinaban para todos, y ellas mismas gozaban de esos manjares con aroma y calor de hogar...Pucheros, estofados, tortas para el té, busecas, chuños, mondongo a la española, chocolate a la taza...Esas abuelas enemigas de las dietas y las ñañas de los chicos aprehensivos a la hora de comer , bañaban sus pastas con pesado tuco, rociaban sus buñuelos fritos con abundante azúcar, y sin miedo al colesterol educaban sana y salva a su segunda generación de descendientes. Así es la família de Narda Lepes y quizá por eso, la talentosa chef decidió acompañarse en su último ciclo televisivo, por su tía Bibi. La adición resultó grata y acertada, porque Bibi es adepta del mismo modo de cocinar de su sobrina y además se muestra muy desenvuelta ante cámaras, didáctica a la hora de explicar sus recetas y sobre todo, locuaz cuando debe referirse a anécdotas familiares donde la comida es protagonista. Por medio de ellas, el televidente se entera de la indudable perícia de los Lepes cuando de prohijar delícias se trata y de cómo la cocina y las manifestaciones de amor van muy, muy de la mano.
"Doña Petrona por Narda", aunque ya archirrepetido por la señal "Utilísima", es un programa agradabilísimo de ver y abunda en ideas para ser aprovechadas integralmente o por separado, porque Narda y su tia se pintan solas para tirar consejos excelentes si de improvisar salsas, aderezos o platos rápidos se trata. A todo ésto, los de "El Gourmet", probablemete celosos de haber perdido una figura de la talla de la Lepes, suelen reponer, en el mismo horario elegido por "Utilísima" para transmitir "Doña Petrona..." diversos ciclos de su estrella de antaño. Narda, como Dios, está pues, en todas partes y disfruta de su mejor momento profesional, a qué dudarlo.También en su vida privada ha habido novedades, ya que hace uno escaso mes y medio, la heredera de Doña Petrona tuvo una hijita y está disfrutando de las delícias de la maternidad.

Por supuesto, todo cielo tiene sus nubes y Narda Lepes no carece de defectos, como todos nosotros. Ciertamente, no se cuentan entre ellos su tendencia a la comida abundante y al uso de grasas (como he leído en los comentarios de otros blogs, donde algunas jovencitas modernosas se quejaban de estas características de Narda, alegando un muy sin sentido "¿Pero no se dio cuenta esa de que ese tipo de cocina no se usa más?" ) , ni su contundencia al afirmar sus gustos personales, ni tan siquiera sus modales enérgicos, algo que a más de un descolgado que no concibe a la mujer sino melindrosa y estúpidamente ñoña, le hizo afirmar que era lesbiana o machona. No...Sus defectos, pocos y de irrelevenate importancia, no pasan por ahí. A mi modo de ver, Narda Lepes, en su afán por buscar sabores nuevos cae en una exageración común a otros chefs: mezclar sabores incompatíbles entre sí para demostrar su audacia y creatividad. El queso azul (como se le llama ahora al Roquefort), no queda bien con crema inglesa, y decidídamente, si bien muchas preparaciones agridulces son muy agradables al paladar, no puedo decir lo mismo de sugerir agregar pasas de uva al relleno de la tarta gallega , o espolvorear la masa de ésta por encima con...azúcar. La tarta gallega no es un pastel de papa y el sabor tan peculiar e inrteresante que las pasas de uva agregan a esa popular receta criolla, no le va. El azúcar por encima de las empanadas de carne o pollo es una muy bienvenida adición; no así para un pescado blanco. "Por lo menos - el decir de Guillermo Ñimo- Así lo veo yo"
Mis diferencias con Narda Lepes desde el punto de vista ideológico y musical- suele acompañar todos sus programas con música de fondo, generalmente de bandas inglesas o norteamericanas de rock-, son unas cuantas, pero al no influír ellas en su desempeño como profesional de la cocina, carecen de importancia en este contexto. La concepción que de la cocina tiene esta joven y briosa chef, la acerca sin embargo a mi visión más profunda del sentido de la vida . Lo vital del papel de la gastronomía en la cultura de los pueblos es primordial, de otro modo, no se explicaría el acento puesto hoy por los medios de comunicación masiva, en difundir cuanto tema vinculado al acto de alimentarse ande por allí suelto. Los dueños del poder saben bien que las cuatro comidas diarias de un hombre son también y sobre todo, cultura y que no es lo mismo hacerlas en el mostrador de un bar, solo y de parado que en casa junto a la família; saben que no es igual para un porteño, una ensaladita de rúcula acompañado de un "smoothy" de spirulina, que un bife de chorizo y mixta , bajado con tinto de la casa. Se trata de temas insoslayables como la identidad y el amor familiar. Quienes luchan por destruír estos últimos, no querrán recetas familiares pasadas de generación en generación; no querrán a los padres, nietos, abuelos , tíos y primos alrededor de una humeante fuente de guiso, sino a un hombre o mujer solo y triste, comiendo porciones para pajaritos en su inmenso loft o en una "restó" de moda.
Por eso, la cocina de Narda Lepes es, en cierto modo y quizá sin que ella lo perciba o lo busque, fundamentalmente anti-sistema. Esta es la razón por la cual.sus programas seguirán siendo de los más vistos del "Gourmet" y "Utilísima", sino tal vez de la televisión argentina.
A Narda, no hay con qué darle.
Vanesa.
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